Se está poniendo el sol,
el horizonte está rojo,
el mundo está cambiando de color.
Será más rojo que el sol poniente.
Pero veo luces:
luces de la esperanza.
En uno de estos agujeros blancos e iluminados
estará el poeta
quien luchará para que
intente dominar su mundo:
mundo de paz y de diálogo.
Cuando te miro,
cuando observo el muelle,
pienso en mis antepasados.
Cadenas que no fueron colgantes;
pies propios unidos a pies ajenos;
maniatados trabajadores fuertes.
Pero eso ya es historia.
En la mar, cadáveres
de cuerpos tirados,
o que del suplicio de la deportación
quisieron escapar.
Rebeliones a bordo
no acabaron con el viaje forzoso.
Familias atrás,
familiares llorando.
Lágrimas que se evaporaron
y me vuelven como lluvia hoy.
Cuando llueve, pienso
en el sufrimiento de mis antepasados
deportados.
...desconocido.
Estoy haciendo mis maletas
sin saber a dónde ir
como aquellos afectados
por inundaciones y otras catástrofes naturales;
por desastres y guerras.
Llevo mi maleta en la cabeza;
no sé cómo llevar a mi familia.
Pero tengo suerte:
la de hacer mis maletas...
Por lo menos.
Pero ¿adónde llevarlas?
¿Dónde ponerlas?
Desconocido...
...próximo destino.
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