lunes, 29 de agosto de 2011

ATRAPADA

Me tienes atrapada ya.
Pero no quiero entrar en el palacio
por lo grande que es
la espada del príncipe.

La princesa no sabe más que huir.
Pero cuando se deja atrapar
ya no quiere ni puede salir.
El adulador le da gozo
y le ayuda a no tener miedo.

Ya no agrada sólo lo poco
y lo mucho ya no enfada ni asusta.

La espada del príncipe no sirve sólo
para duelos que defiendan a la princesa.



Seydou KONE. De Correspondencia con mis amores. Madrid. 2004.

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